Inflamación aguda Es la respuesta inmediata y natural del cuerpo a una lesión, irritación o infección. Comienza en cuestión de minutos u horas y es la forma en que el cuerpo se protege, enviando células inmunitarias y otras sustancias a la zona para combatir la infección e iniciar el proceso de curación. A diferencia de... inflamación crónica, que dura meses o años, la inflamación aguda es de corta duración y generalmente se resuelve en unos pocos días o un par de semanas.
La inflamación aguda produce síntomas que suelen ser fáciles de reconocer. Estos incluyen enrojecimiento y calor en la zona afectada, hinchazón, dolor o sensibilidad, y, en ocasiones, pérdida de función, como dificultad para mover una articulación inflamada. Si la inflamación es causada por una infección, también puede haber síntomas más generales como fiebre, fatiga o escalofríos.
Existen muchos desencadenantes posibles de la inflamación aguda. Puede ser causada por lesiones físicas como cortes, hematomas o quemaduras, o por infecciones bacterianas, virales u micóticas. La exposición a sustancias químicas nocivas, irritantes o alérgenos también puede desencadenar una reacción inflamatoria. En algunos casos, la inflamación aguda se relaciona con enfermedades autoinmunes o inflamatorias en las que el sistema inmunitario ataca por error a los tejidos sanos.
La inflamación aguda no suele ser grave y se considera una parte normal del proceso de curación. El cuerpo utiliza la inflamación para combatir invasores dañinos y reparar el daño. Sin embargo, cuando la inflamación aguda es muy grave, prolongada o forma parte de una enfermedad autoinmune, puede dañar los tejidos sanos. En estas situaciones, suele ser necesario tratamiento médico adicional para abordar la causa subyacente.
La inflamación aguda forma parte de muchas afecciones médicas comunes. Algunos ejemplos incluyen infecciones como la faringitis estreptocócica o la neumonía, afecciones cutáneas como la celulitis o la dermatitis, y lesiones como esguinces, distensiones o fracturas. Afecciones internas como la apendicitis y la amigdalitis también son causadas por inflamación aguda. Además, los brotes de enfermedades autoinmunes o inflamatorias, como la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden presentarse con inflamación aguda.
Cuando un patólogo Al examinar el tejido con inflamación aguda bajo el microscopio, generalmente se observa una gran cantidad de Las células blancas de la sangre, en particular neutrófilos y aveces eosinófilos, ambos importantes para combatir infecciones. Los pequeños vasos sanguíneos de la zona pueden verse dilatados y el líquido suele filtrarse al tejido circundante, causando inflamación. En conjunto, estos cambios microscópicos explican el enrojecimiento, la hinchazón y el calor visibles asociados con la inflamación aguda.

¿Qué causó la inflamación aguda descrita en mi informe?
¿Es esta una respuesta curativa normal o un signo de infección?
¿Necesito tratamiento, como antibióticos, o mejorará por sí solo?
¿Cómo puedo controlar el dolor o la hinchazón causados por la inflamación?
¿Debería preocuparme por si esta inflamación provoca daño tisular o se vuelve crónica?