BRCA1 y BRCA2 son genes supresores de tumores. Esto significa que normalmente ayudan a prevenir el cáncer reparando el ADN dañado y regulando el crecimiento celular. Cuando alguno de estos genes está... mutado (modificado), las células tienen más probabilidades de crecer de forma descontrolada, lo que puede provocar cáncer.
Estas mutaciones pueden heredarse de uno de los padres y se asocian con mayor frecuencia al cáncer de mama y de ovario. Sin embargo, los investigadores han descubierto que también se asocian con otros tipos de cáncer, tanto en hombres como en mujeres. Los cánceres relacionados con el gen BRCA tienden a presentarse a una edad más temprana y pueden comportarse de forma diferente a los cánceres sin estas mutaciones.
BRCA1 y BRCA2 normalmente están activos en muchos tipos de células en todo el cuerpo, especialmente en aquellas que se dividen y crecen rápidamente.
Los genes BRCA1 y BRCA2 son más activos en las células de mama y ovario, por lo que las mutaciones en estos genes están estrechamente relacionadas con el cáncer de mama y ovario. También se expresan en células de próstata, páncreas y otros tejidos, lo que explica por qué las mutaciones en estos genes también pueden aumentar el riesgo de cáncer en esas zonas.
Dentro de las células, las proteínas BRCA1 y BRCA2 desempeñan un papel crucial en la reparación del ADN dañado. Este proceso de reparación es especialmente importante en tejidos con renovación celular regular. Cuando las proteínas BRCA1 o BRCA2 faltan o no funcionan correctamente, las células tienen menor capacidad para reparar el daño del ADN, lo que con el tiempo puede conducir al desarrollo de cáncer.
Las mutaciones de BRCA1 y BRCA2 se asocian a un mayor riesgo de varios tipos de cáncer. El riesgo puede variar según el gen mutado y si se hereda de la madre o del padre.
Los cánceres asociados con mutaciones BRCA incluyen:
Los riesgos específicos de cáncer también pueden depender de factores como los antecedentes familiares, la edad y el estilo de vida. A menudo se recomienda asesoramiento genético y pruebas de detección periódicas para las personas portadoras de mutaciones del gen BRCA.
Para determinar si alguien tiene una mutación BRCA1 o BRCA2, los médicos utilizan pruebas genéticas. Estas pruebas buscan cambios en el ADN de los genes BRCA1 y BRCA2 que puedan aumentar el riesgo de cáncer. El método más común para detectar estas mutaciones se denomina... secuenciación de próxima generación (NGS)En algunos casos, también se pueden emplear métodos alternativos como la secuenciación de Sanger, la amplificación de sonda dependiente de ligadura multiplex (MLPA) o la PCR cuantitativa (qPCR).
La secuenciación de nueva generación (NGS) es una técnica moderna y de alta precisión que permite examinar múltiples partes del ADN simultáneamente. Detecta tanto pequeños cambios en una sola letra del ADN (mutaciones puntuales) como grandes cambios (como deleciones o reordenamientos) en los genes BRCA1 y BRCA2. Esto la convierte en el método preferido para las pruebas de BRCA en la mayoría de los laboratorios.
La secuenciación de Sanger es un método antiguo que sigue siendo útil en algunos casos. Es muy precisa para detectar pequeños cambios en el gen, pero no puede detectar mutaciones más grandes.
La MLPA y la qPCR son técnicas especialmente útiles para identificar grandes cambios en el ADN que otras pruebas podrían pasar por alto. Estos métodos pueden emplearse cuando no se dispone de NGS o para confirmar resultados inciertos.
Las muestras para la prueba de BRCA suelen tomarse de sangre, pero también pueden utilizarse muestras de saliva o frotis bucal. La prueba puede realizarse cuando una persona tiene antecedentes familiares significativos de cáncer, se le diagnostica cáncer de mama o de ovario a una edad temprana, o tiene antecedentes personales o familiares de cánceres asociados con mutaciones del gen BRCA.
Los resultados de las pruebas normalmente se informan de una de las siguientes maneras:
Los resultados de la prueba BRCA pueden ayudar a orientar las decisiones sobre la prevención, la detección y el tratamiento del cáncer.
En algunos casos, los patólogos pueden usar una prueba llamada inmunohistoquímica (IHQ) para analizar la expresión de las proteínas BRCA1 o BRCA2 en una muestra de tejido. Esta prueba no detecta mutaciones en el ADN, sino que determina si las proteínas BRCA se producen en las células tumorales.
Las proteínas BRCA1 y BRCA2 normalmente ayudan a reparar el ADN dañado y previenen que las células se conviertan en cancerosas. Si un tumor muestra pérdida de la expresión de la proteína BRCA mediante inmunohistoquímica (IHQ), esto podría indicar que el gen BRCA no funciona correctamente. Sin embargo, esta pérdida podría deberse a varias razones, como una mutación, una deleción del gen o cambios en la forma en que este se expresa o regula (denominados cambios epigenéticos).
La inmunohistoquímica de BRCA puede utilizarse en algunos laboratorios de patología como herramienta de cribado, especialmente cuando se sospecha que un tumor podría estar relacionado con una mutación de BRCA. Si la proteína está ausente, se pueden recomendar pruebas genéticas adicionales para confirmar la presencia de una mutación de BRCA1 o BRCA2.
Es importante saber que la IHC de BRCA no sustituye las pruebas genéticas. Algunos tumores con mutaciones de BRCA pueden presentar una expresión normal de la proteína BRCA mediante IHC, mientras que otros sin la mutación pueden mostrar una expresión reducida. Por ello, la IHC de BRCA no se utiliza habitualmente en la práctica clínica habitual, y los médicos dependen de las pruebas genéticas para diagnosticar síndromes de cáncer relacionados con BRCA y orientar las decisiones de tratamiento.
El pronóstico depende de muchos factores, como el tipo de cáncer, el estadio en el momento del diagnóstico y la respuesta al tratamiento. Si bien las personas con mutaciones del gen BRCA tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer, la detección temprana, las opciones preventivas y las terapias dirigidas pueden mejorar significativamente los resultados.