El carcinoma in situ (CIS) es una forma de cáncer no invasiva en etapa temprana en la que las células anormales están confinadas al epitelio – La fina capa de tejido que recubre las superficies y las estructuras internas del cuerpo. «In situ» significa «en su lugar original», lo que indica que las células cancerosas no se han propagado a los tejidos circundantes ni más allá de su ubicación inicial. El carcinoma in situ representa la forma más temprana del cáncer, a menudo descrito como estadio 0. Si no se trata, las células anormales pueden propagarse más allá del epitelio en un proceso llamado invasión.

La causa específica del carcinoma in situ depende del tipo de tumor y de su localización en el cuerpo. Generalmente, el carcinoma in situ se origina por cambios genéticos o mutaciones en las células epiteliales.
A continuación se muestran algunos ejemplos relacionados con ubicaciones específicas:
Tener factores de riesgo no significa que alguien definitivamente desarrollará carcinoma in situ, y esta enfermedad a veces puede ocurrir sin factores de riesgo aparentes.
El carcinoma in situ es un tipo de cáncer no invasivo, lo que significa que las células anormales no se han propagado más allá de su ubicación original. Si bien el carcinoma in situ por sí mismo no invade los tejidos circundantes, tiene el potencial de progresar a un cáncer invasivo si no se trata. El riesgo de progresión varía según el tipo y la ubicación del tumor. La detección temprana y el tratamiento adecuado son importantes para prevenir la progresión y controlar eficazmente la afección. El tratamiento suele implicar la extirpación o destrucción de las células anormales, y generalmente se recomienda un seguimiento regular.
El carcinoma in situ puede presentarse en diversas partes del cuerpo. Identificar el tipo específico de carcinoma in situ ayuda a determinar el enfoque de manejo y tratamiento más eficaz.
Estos son algunos tipos comunes:
El CDIS es un cáncer de mama no invasivo que se limita al revestimiento de los conductos galactóforos. Generalmente se detecta mediante mamografía y puede progresar a cáncer de mama invasivo si no se trata.
El CLIS afecta a células anormales en los lobulillos mamarios (las glándulas que producen leche). Aunque el CLIS en sí no se considera cáncer, indica un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama invasivo en el futuro.
El NIC se refiere a células anormales en la superficie del cuello uterino, que a menudo se detectan mediante pruebas de Papanicolaou. Sin tratamiento, el NIC puede progresar a cáncer cervical invasivo.
Este tipo de carcinoma in situ suele afectar la piel, presentándose como manchas rojas y escamosas. Sin embargo, también puede presentarse en cualquier otra parte del cuerpo revestida por células escamosas, como la boca, la garganta y los genitales. La enfermedad de Bowen puede convertirse en carcinoma escamocelular invasivo si no se trata.
Este tipo de CIS afecta el revestimiento del tracto urinario, más comúnmente la vejiga. Conlleva un alto riesgo de progresar a cáncer de vejiga invasivo si no se trata a tiempo.
El adenocarcinoma in situ afecta las células glandulares y puede desarrollarse en órganos como los pulmones, el cuello uterino y el colon. Se considera una etapa temprana que puede progresar a un adenocarcinoma invasivo.
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