El citomegalovirus (CMV) es un virus común virus Perteneciente a la familia Herpesviridae. Es ubicuo e infecta a personas de todas las edades. El CMV se transmite a través de fluidos corporales como la sangre, la saliva, la orina y la leche materna.
La mayoría de las personas sanas que se infectan con CMV no presentan síntomas, y el virus permanece latente en su organismo. Sin embargo, en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como recién nacidos, ancianos y personas con VIH/SIDA, la infección por CMV puede causar síntomas graves, como fiebre, fatiga e inflamación de los ganglios linfáticos.
En personas sanas, el CMV generalmente no causa síntomas ya que el sistema inmunitario mantiene el virus bajo control (esto se describe como latente). Sin embargo, en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como las que tienen VIH/SIDA, los receptores de trasplantes y los que reciben quimioterapia, la infección por CMV puede causar complicaciones graves, como neumonía, retinitis, encefalitis, hepatitis y problemas gastrointestinales.
La infección por CMV durante el embarazo también puede causar CMV congénito, que es cuando el virus pasa de la madre al feto en desarrollo. El CMV congénito puede causar una variedad de problemas de desarrollo, como pérdida de audición, problemas de visión y retrasos en el desarrollo.
Se pueden utilizar varias pruebas de laboratorio diferentes para diagnosticar la infección por CMV.
Los métodos más comunes incluyen:
