Inflamación Es el mecanismo de defensa natural del cuerpo contra lesiones, irritaciones o infecciones. Es un proceso mediante el cual el sistema inmunitario envía células, proteínas y señales químicas especializadas a la zona afectada para proteger el cuerpo y facilitar su curación. Si bien la inflamación suele ser beneficiosa y necesaria, a veces puede causar molestias o daños si persiste demasiado tiempo o se produce de forma inapropiada.
La inflamación ocurre comúnmente en respuesta a:
Infecciones causadas por bacterias, virus u otros microorganismos.
Lesión física o trauma, como cortes, quemaduras o cirugía.
Enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos del propio cuerpo.
Irritación por productos químicos o alérgenos.
Condiciones médicas crónicas como artritis o enfermedad inflamatoria intestinal.
Los signos y síntomas comunes de la inflamación incluyen:
Enrojecimiento:El aumento del flujo sanguíneo hace que el área afectada se vea roja.
Hinchazón:La acumulación de líquido provoca que la zona se hinche.
PROCESADOR:El aumento del flujo sanguíneo puede hacer que el área inflamada se sienta caliente.
Dolor:Las sustancias químicas liberadas durante la inflamación pueden causar molestias o dolor.
Pérdida de función:La inflamación grave puede afectar temporalmente la capacidad del área afectada para moverse o funcionar correctamente.
La inflamación también puede causar síntomas generalizados, especialmente si es grave o generalizada, como fiebre, fatiga y una sensación general de malestar.
Los médicos y patólogos generalmente describen la inflamación de dos maneras principales según la rapidez con la que comienza y su duración:
Inflamación agudaEste tipo de inflamación comienza rápidamente, a menudo en cuestión de minutos u horas después de una lesión o infección. Suele durar poco tiempo, desde unos días hasta un par de semanas. La inflamación aguda suele remitir una vez que la lesión cicatriza o la infección desaparece. Algunos ejemplos incluyen el enrojecimiento alrededor de un corte pequeño o la hinchazón por un esguince de tobillo. Sin embargo, en algunos casos, la inflamación aguda puede persistir durante semanas o meses, provocando una lesión tisular.
Inflamación crónicaEste tipo dura mucho más: semanas, meses o incluso años. La inflamación crónica puede ser consecuencia de una lesión persistente, una infección o una respuesta inmunitaria continua. Afecciones como la artritis reumatoide, el asma, la enfermedad inflamatoria intestinal o las infecciones persistentes pueden causar inflamación crónica. Con el tiempo, la inflamación crónica puede provocar daño tisular o cicatrización.
Patologos Diagnosticar la inflamación mediante el examen de muestras de tejido al microscopio. El tejido inflamado suele contener un mayor número de células inmunitarias, como:
NeutrófilosEstas células son las primeras que aparecen durante la inflamación aguda y desempeñan un papel crucial en la lucha contra las infecciones, en particular las bacterianas.
Linfocitos y Células de plasma:Estas células son comunes en inflamación crónica, especialmente en respuesta a virus o reacciones inmunes en curso.
Histiocitos y macrófagosCélulas que ayudan a eliminar el tejido dañado y los materiales extraños. Se observan comúnmente en inflamación crónica.
Eosinófilos:Aparecen frecuentemente en reacciones alérgicas o infecciones parasitarias.
Los tipos y números de estas células inmunes ayudan a los patólogos a determinar la causa, el tipo y la gravedad de la inflamación.
Su informe patológico puede describir la inflamación para ayudar a su médico a comprender la causa de sus síntomas o afección. Identificar la inflamación puede confirmar la presencia de una infección, una lesión, un trastorno autoinmune o una afección crónica. Al evaluar la inflamación, su médico puede elegir tratamientos adecuados, como antibióticos, antiinflamatorios u otras terapias adaptadas a sus necesidades específicas.
Conocer el tipo y la extensión de la inflamación también ayuda a su médico a controlar su respuesta al tratamiento y determinar si es necesaria atención médica adicional.