En medicina, la palabra maligno Se usa comúnmente para describir un crecimiento canceroso de células. Por ejemplo, los patólogos suelen referirse a los tumores cancerosos como tumores malignos o neoplasias malignas. El término maligno también puede describir afecciones graves y potencialmente mortales que no son cáncer, como la presión arterial peligrosamente alta (hipertensión maligna) o la temperatura corporal interna extremadamente alta (hipertermia maligna). Lo opuesto a maligno es benigno, es decir, no canceroso y generalmente no potencialmente mortal.
Un tumor se considera maligno (canceroso) cuando sus células tienen la capacidad de:
Crecer sin control.
Dañar o destruir el tejido sano cercano.
Hacer metástasis (diseminarse) a otras partes del cuerpo.
Los tumores malignos pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo. Su comportamiento puede variar significativamente dependiendo de varios factores importantes, entre ellos:
Tipo de tumor:¿De qué tipo de células se originó el tumor?
Tamaño del tumor:¡Cuánto ha crecido!
Grado del tumor:Qué tan anormales y agresivas se ven las células tumorales bajo el microscopio.
Cantidad de invasión:Qué tan profundamente han crecido las células tumorales en los tejidos sanos circundantes.
Los patólogos evalúan cuidadosamente estos factores examinando muestras de tejido tumoral al microscopio. La información detallada que recopilan se resume en su informe patológico, lo que ayuda a su médico a comprender la agresividad del cáncer y a determinar el mejor plan de tratamiento.
No todos los tumores malignos se comportan igual. Algunos crecen lentamente y responden muy bien a los tratamientos, a veces incluso logrando una curación completa. Otros pueden crecer muy rápido, propagarse con rapidez y poner en peligro la vida. Su informe patológico proporciona información esencial para ayudar a su médico a predecir el comportamiento probable de su tumor (también conocido como pronóstico) y a elegir el tratamiento más eficaz.
Existen muchos tipos de tumores malignos, cada uno con características y enfoques de tratamiento únicos. Los patólogos identifican el tipo de tumor examinando muestras de tejido al microscopio. A continuación, se presentan algunos tipos comunes de tumores malignos:
Carcinoma de células escamosas: Cáncer que se desarrolla a partir de las células escamosas, que se encuentran en la piel y el revestimiento de la boca, la garganta, el cuello uterino y otras áreas.
Adenocarcinoma: Cáncer que se origina en las células glandulares, comúnmente encontradas en órganos como la mama, el colon, el pulmón, la próstata, el páncreas y el estómago.
Melanoma:El cáncer surge de los melanocitos, las células que dan color a la piel.
Sarcoma:Cáncer que se origina en tejidos blandos, como músculos, huesos, grasa o vasos sanguíneos.
Linfoma:Cáncer que afecta el sistema linfático, una parte clave de su sistema inmunológico.
Cada tipo de tumor maligno tiene características, tratamientos y resultados esperados únicos. Comprender su tipo específico de tumor es fundamental para decidir cuál es la mejor atención para usted.
Si su diagnóstico incluye el término maligno, considere preguntarle a su médico:
¿Qué tipo de tumor maligno tengo?
¿Qué significa este diagnóstico para mis opciones de tratamiento y pronóstico?
¿Qué tan agresivamente se espera que se comporte mi tumor?
¿Qué pruebas o tratamientos adicionales podría necesitar?
Entendiendo el término maligno y cómo se aplica a su diagnóstico le ayuda a participar activamente en sus decisiones de atención y tratamiento.