Un quiste es un espacio anormal en el cuerpo, lleno de líquido o aire, rodeado por una fina pared de tejido. Su interior puede estar vacío (conteniendo aire) o lleno de líquido, sangre, pus (células inmunitarias muertas) u otros materiales. Los quistes pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo y su tamaño varía considerablemente, desde muy pequeños (visibles solo al microscopio) hasta lo suficientemente grandes como para palparse o verse fácilmente.
Los quistes pueden formarse en muchos lugares del cuerpo, pero algunas áreas comunes incluyen:
PielLos quistes de la piel son muy comunes y generalmente inofensivos.
OvariosLos quistes ováricos a menudo se forman naturalmente durante el ciclo menstrual y con frecuencia se resuelven sin tratamiento.
Riñones, hígado y otros órganos internos:Estos quistes pueden requerir o no tratamiento, dependiendo de su tamaño y su impacto en la función del órgano.

Los patólogos a menudo describen los quistes según la cantidad de compartimentos internos que tienen:
quistes uniloculares Tiene un único espacio abierto en el interior.
Quistes multiloculares tienen múltiples compartimentos o espacios más pequeños en su interior.
Saber si un quiste es unilocular o multilocular puede ayudar a los médicos a comprender mejor qué tipo de quiste podría ser y cómo podría comportarse.
La mayoría de los quistes son benignos (no cancerosos), lo que significa que no se propagan ni causan daños significativos. Sin embargo, en algunos casos, un quiste puede ser maligno (canceroso). Los patólogos examinan cuidadosamente el tejido que recubre el interior del quiste al microscopio para determinar su naturaleza. Los tipos de células que recubren el quiste ayudan a los patólogos y médicos a predecir si es inofensivo o potencialmente canceroso, lo que permite tomar decisiones de tratamiento adecuadas.
Un quiste roto se refiere a un quiste que se ha abierto. Cuando un quiste se rompe, su contenido se filtra al tejido circundante. Esto puede causar inflamación, lo que produce dolor, hinchazón u otros síntomas. Al examinar los quistes rotos al microscopio, los patólogos suelen observar signos de inflamación, células inmunitarias y estructuras conocidas como hendiduras de colesterol, que indican una fuga previa del contenido del quiste.
La necesidad de tratamiento para un quiste depende de su ubicación, tamaño, síntomas y si es benigno o maligno. Muchos quistes son inofensivos y no requieren intervención. Su médico podría recomendarle que lo controle con el tiempo. Sin embargo, si un quiste causa síntomas, crece o se sospecha que es canceroso, su médico podría recomendar extirparlo quirúrgicamente o tratarlo de otras maneras.
Si le han diagnosticado un quiste, es posible que desee preguntarle a su médico:
¿Mi quiste es benigno o podría ser canceroso?
¿Necesito más pruebas para saber más sobre mi quiste?
¿A qué síntomas debo prestar atención que podrían sugerir que mi quiste se ha roto o necesita atención médica?
¿Mi quiste requerirá tratamiento o control regular?
Comprender los quistes puede ayudarle a mantenerse informado y participar activamente en las decisiones sobre su salud.