La necrosis fibrinoide es un tipo específico de daño tisular que se caracteriza por la acumulación de material similar a la fibrina en los tejidos, especialmente en las paredes de los vasos sanguíneos. Suele ocurrir cuando los vasos sanguíneos sufren lesiones graves debido a reacciones inmunitarias o hipertensión arterial. El nombre "fibrinoide" proviene de su similitud con la fibrina, una proteína que normalmente participa en la coagulación sanguínea.
La necrosis fibrinoide generalmente ocurre en respuesta a tipos específicos de lesión o inflamación.
Las causas comunes incluyen:
Al microscopio, la necrosis fibrinoide se presenta como depósitos sin estructura, de color rosa brillante, dentro o alrededor de las paredes de los vasos sanguíneos. Estos depósitos contienen fibrina, proteínas plasmáticas y restos celulares, lo que da a la zona afectada una apariencia distintiva, lisa y amorfa. Los patólogos utilizan tinciones especiales, como hematoxilina y eosina (H&E), para resaltar el material fibrinoide, haciendo que sea más fácil verlo claramente contra los tejidos circundantes normales.
La necrosis fibrinoide debilita las paredes de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar complicaciones graves como hemorragias o coágulos sanguíneos (trombosis). Estas complicaciones pueden interrumpir el flujo sanguíneo y dañar los órganos, afectando su correcto funcionamiento. Identificar la necrosis fibrinoide ayuda a los patólogos a diagnosticar ciertas afecciones, comprender la gravedad de la enfermedad y orientar los tratamientos adecuados.