Las pruebas moleculares son un tipo de análisis de laboratorio que busca cambios específicos en el material genético (ADN o ARN) o en las proteínas de las células. Estos cambios pueden ayudar a los médicos a comprender mejor la causa de una enfermedad, su posible comportamiento y qué tratamientos tienen mayor probabilidad de ser eficaces. Las pruebas moleculares suelen realizarse en muestras de tejido o fluidos obtenidas durante una biopsia o cirugía, y los resultados suelen incluirse en el informe patológico.
Las pruebas moleculares ayudan a revelar detalles importantes sobre su diagnóstico que podrían no ser visibles al microscopio. Son especialmente útiles para:
En algunos casos, las pruebas moleculares también pueden ayudar a detectar cantidades muy pequeñas de enfermedad que quedan después del tratamiento.
Las pruebas moleculares se utilizan con mayor frecuencia en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Por ejemplo, pueden utilizarse para:
También se utiliza para otras afecciones médicas, como la detección de infecciones causadas por bacterias o virus o el diagnóstico de enfermedades genéticas raras.
Las pruebas moleculares suelen realizarse en muestras de tejido obtenidas mediante biopsia o cirugía, pero también pueden realizarse con sangre u otros fluidos corporales. Se emplean técnicas de laboratorio especializadas para analizar genes, ARN o proteínas dentro de las células. Los tipos comunes de pruebas moleculares incluyen:
El tipo de prueba molecular utilizada depende de la enfermedad que se esté estudiando y de la información que necesite el equipo médico.
Las pruebas moleculares y las pruebas genéticas están estrechamente relacionadas, pero no son exactamente lo mismo. Las pruebas moleculares se refieren, en términos generales, a cualquier prueba que examine el ADN, el ARN o las proteínas, a menudo en el contexto de enfermedades como el cáncer. Las pruebas genéticas suelen referirse a las pruebas que buscan cambios hereditarios en los genes: cambios con los que se nace y que se pueden transmitir a familiares. En algunos casos, las pruebas moleculares pueden detectar mutaciones tanto hereditarias (de línea germinal) como adquiridas (somáticas), según el tipo de muestra y el propósito de la prueba.
Las pruebas moleculares desempeñan un papel fundamental en la medicina personalizada (o de precisión). En lugar de tratar a todos los pacientes con una enfermedad de la misma manera, los médicos utilizan pruebas moleculares para personalizar el tratamiento según la condición específica de cada persona. Por ejemplo, si las pruebas moleculares revelan que su tumor presenta una mutación que responde a un fármaco determinado, su médico podría sugerir ese tratamiento en lugar de la quimioterapia estándar. Este método ayuda a mejorar la eficacia y a reducir los efectos secundarios.
A biomarcador Es una molécula o característica del cuerpo que proporciona información sobre la salud o la enfermedad. Las pruebas moleculares suelen buscar biomarcadores específicos que pueden ayudar a:
Algunos ejemplos de biomarcadores comunes en el cáncer incluyen:
Su informe de patología podría incluir detalles sobre estos biomarcadores y su importancia para su atención.
Su informe patológico podría incluir los resultados de las pruebas moleculares junto con el diagnóstico principal. Estos resultados podrían mencionar:
Su médico utilizará esta información para personalizar su plan de tratamiento para su tipo específico de enfermedad, mejorando potencialmente los resultados y minimizando los efectos secundarios.